¿Cómo ayudar a tu hijo en un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es un sentimiento intenso de miedo y ansiedad. A menudo sucede si las personas se sienten ansiosas por algo que sucede en su vida o han experimentado algo difícil o estresante.

Consejos para ayudar a tu hijo en un ataque de pánico

Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores, especialmente para los niños, pero por lo general se pueden detener con tratamiento. Es importante saber que un ataque de pánico no le causará ningún daño a tu hijo y, aunque no lo sienta durante este episodio, la sensación pasará.

¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es un sentimiento de miedo y ansiedad que puede abrumarnos de repente y suele ir acompañado de síntomas físicos intensos como mareos, dificultad para respirar y latidos cardíacos acelerados.

Muchos niños sienten una sensación de terror durante un ataque, como si algo malo estuviera a punto de suceder. Estos sentimientos pueden ocurrir incluso cuando no hay peligro real.

¿Qué causa los ataques de pánico?

No siempre está claro qué causa los ataques de pánico en niños o adultos. Lo que sabemos es que sentirse ansioso por algo o experimentar algo difícil o estresante puede causar un ataque de pánico. Estas situaciones incluyen:

  • Ansiedad causada por una experiencia difícil en casa o el colegio
  • Estrés por cosas como exámenes, amistades o relaciones.
  • La muerte de un ser querido
  • Una experiencia aterradora como abuso o negligencia.
  • Una experiencia violenta

Ataques de pánico en niños y adolescentes

Los ataques de pánico a menudo comienzan durante la adolescencia, aunque pueden comenzar durante la niñez. Los ataques pueden provocar ansiedad severa, además de afectar otras partes del estado de ánimo o el funcionamiento de un niño.

Algunos niños comienzan a evitar situaciones en las que temen que se produzca un ataque de pánico. Los adolescentes pueden usar alcohol o drogas para reducir su ansiedad. Si no se reconocen y tratan, los ataques de pánico pueden causar complicaciones futuras en los niños, como depresión severa y comportamiento suicida.

Cuando se diagnostica a tiempo, los niños que experimentan ataques de pánico suelen responder bien al tratamiento.

Signos y síntomas de los ataques de pánico

Si tu hijo experimenta un ataque de pánico, es posible que se sienta fuera de control con lo que sucede a su alrededor, asustado de que su cuerpo esté en peligro o incluso como si estuviera muriendo. Nuestros cuerpos pueden reaccionar de diferentes maneras a los ataques de pánico. Algunas de estas reacciones incluyen:

  • Dificultad para respirar, respiración rápida o dificultad para respirar
  • Mareos o sensación de desmayo
  • Encontrar luces más brillantes e intensas
  • Latidos cardíacos rápidos y opresión en el pecho.
  • Sudar más de lo habitual
  • Piernas temblorosas y tambaleantes
  • Estar lloroso, como si no pudieran dejar de llorar.
  • Sentirse atrapado, como si no pudieran moverse
  • Calambres estomacales o sensación de malestar.

Formas de ayudar a tu hijo a sobrellevar la situación

Saber qué desencadena un ataque es el primer paso para atacar el pánico. Pregúntale a tu hijo cómo se siente y qué lo hace sentir ansioso o estresado, ¿Hay ciertas situaciones o lugares que te hacen sentir pánico? Este conocimiento puede ayudar a tu hijo a pensar en lo que puede hacer para hacer frente a esas situaciones.

Durante un ataque de pánico, tu hijo puede sentir que está perdiendo el control, pero hay cosas que puede ayudarlo a hacer para recuperar el control y sentirse “conectado a tierra” nuevamente:

Aceptar el episodio: A veces, puede parecer más fácil simplemente evitar una situación o lugar que nos haga entrar en pánico. Es natural sentirse así. Sin embargo, evitar estas situaciones puede hacer que nuestra ansiedad se sienta más grande. El objetivo no es evitar situaciones que nos provoquen pánico, sino ayudar a tu hijo a aprender a sobrellevar cómo se siente en esos momentos.

Repasar el alfabeto: pídele a tu hijo que nombre algo para cada letra del alfabeto. Estos pueden ser animales, nombres, lugares, alimentos, etc. Esto involucrará una parte diferente de su cerebro y alejará su atención del miedo y la ansiedad.

Concentrarse en la respiración: la respiración abdominal es muy relajante y nos ayuda a extraer oxígeno profundamente en nuestros pulmones. Aquí hay un proceso fácil de 3 pasos:

  • Colocar su mano sobre su estómago
  • Tomar 5 respiraciones profundas, pasar 5 segundos inhalando y 5 segundos exhalando, inhalando por la nariz y exhalando por la boca, explícale cómo.

Encuentren espacios seguros: si tu hijo siente pánico en una situación, guíalo para encontrar un espacio donde pueda respirar y pensar con calma. Este podría ser un espacio físico con el que estén familiarizados, como su casa o su habitación. O uno imaginario, en algún lugar que se sienta tranquilo, como su parte favorita del parque o junto al mar.

Cuando buscar ayuda profesional

En casos severos de ataques de pánico, los niños o adolescentes pueden tener miedo de salir de casa. Si notas que tu hijo muestra síntomas persistentes de ataques de pánico, es hora de buscar la ayuda de un médico.

Los niños y adolescentes con síntomas de ataques de pánico deben ser evaluados primero por su médico de confianza o pediatra. Si no se encuentra ninguna otra enfermedad o condición física como causa de los síntomas, se puede derivar a un psiquiatra de niños y adolescentes para una evaluación.

Con tratamiento, los ataques de pánico generalmente se pueden detener. El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir complicaciones graves a futuro.

Lee el artículo completo en What are panic attacks? | UNICEF Parenting

Especial para Los Mejores Colegios
Por: Mariana Marroquín Ortiz
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios
Acerca de Los Mejores Colegios
Los Mejores Colegios es una plataforma on-line altamente segmentada que les permite a los padres de familia encontrar el colegio ideal, siendo ésta una decisión importantísima para la educación de los hijos. Aquí puedes encontrar información completa sobre los colegios más adecuados, procesos de admisiones y criterios académicos y pedagógicos entre muchos otros.